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PIZZA CRUDA
 
Comentarios sobre la receta: La receta está sacada del blog Dimensión vegana, aunque hemos cambiado alguna cosa que la simplifica. Este es sin lugar a dudas un plato estrella, por su sabor y sus cualidades.
Hay mucho que comentar aquí, lo primero destacar la importancia de añadir a nuestras dietas alimentos crudos, por la sencilla razón de que mantienen sus nutrientes intactos o casi intactos. Añadir además que estamos acostumbrados a determinados procesos de cocina y que por lo general hemos abandonado en nuestro día a día otros tantos que son tan antiguos como lo es el ser humano. Uno de ellos es el deshidratado de alimentos para conservarlos o simplemente para llevárnoslos a la boca. Para deshidratar un alimento es necesario mantenerlo largas horas al sol. Otra opción es usar una deshidratadora (en función de la máquina será más o menos cara, pero las hay baratas) y otra es usar el horno a muy baja temperatura dejando la puerta abierta durante horas. Esto último, supone un gasto energético muy grande, con su consecuente impacto medioambiental y por supuesto el correspondiente gasto económico que representa. Deshidratando por debajo de 42 grados mantenemos las propiedades de los alimentos casi intactas. Y todo esto para decir que la base de la “pizza”, su masa, está hecha a base de una mezcla de semillas deshidratadas. Ahora diremos cómo, no es difícil.
Dado el alto contenido de semillas y frutos secos, es un plato muy saciante. Por ello la pizza es pequeña. Destacamos las propiedades de las semillas de lino, componente principal de la masa. Esta semilla es tremendamente rica en Ácidos grasos Omega 3, de todas las fuentes vegetales posiblemente sea la más abundante, por ello su ingesta regular es muy aconsejable en dietas veganas. Además posee una gran cantidad de fibra. El principal componente del “queso” es el anacardo, fruto seco de origen tropical, muy rico en hierro, proteína, fibra etc.
Para finalizar, decir que la cocina cruda además de ser muy nutritiva es excepcionalmente sabrosa; este tipo de platos supone una auténtica explosión de sabores en nuestra boca. Probarlo puede ser una asombrosa experiencia culinaria.
 
Ingredientes para dos pizzas pequeñas: 
 
  1. Para la base: Una taza de semillas de lino, una cucharada sopera colmada de semillas de girasol y calabaza, un poco de apio licuado, 2 cucharadas de albahaca u orégano y medio vaso de agua.
  2. Para el tomate: Dos tomates pequeños, aceite de oliva, sal y un poco de pimienta.
  3. Para el “queso”: Una taza de anacardos, tres cucharadas de las de café de levadura de cerveza, aceite de oliva ecológico virgen extra (primera prensión en frío) sal y un poco de agua.
  4. Para la última capa: Tomate cortado en trocitos, brotes de lechuga, rúcula, canónigos, albahaca fresca, perejil fresco y sal.
Receta: 
  1. Dejar unas horas a remojo las semillas de girasol y calabaza para activarlas, no así las de lino. Una vez hecho esto, con un procesador (una batidora fuerte) o con el típico robot de cocina batir todas las semillas juntas. Añadir la albahaca seca y un poco de apio licuado. Además un poco de agua y sal. Hacer con todo una masa y ponerla a deshidratar en una deshidratadora o al sol hasta que finalmente quede una masa compacta. Dejándola a 42 grados vienen a ser unas 4-5 horas en la deshidratadora. Se puede poner encima de papel de horno. Al terminar de deshidratarse el papel se retira muy fácilmente.
  2. Para el tomate: Rallar los tomates con una ralladora. Añadirles el aceite de oliva y la sal.
  3. Para la “mozzarella”: Batir en la procesadora o en el robot de cocina los anarcardos (previamente activados la noche anterior también). Añadir la levadura de cerveza, el aceite, la sal y el agua.
  4. Montar la pizza: Primero la base, luego el tomate, después la "mozzarella" y  finalmente poner encima los demás ingredientes.
 
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